martes, 7 de febrero de 2012

COMO VINO ZAMPI

Era mi cumple de 7 años, y mi madre me regaló un conejo. Lo llamé Zampi, porque comía mucho. Lo más curioso es que tenía una herida en el ojo. La veterinaria iba a darle a mamá otro, pero mi madre sabía que a mí no me iba a importar y que lo cuidaría muy bien. 

Ahora su ojo está curado, pero no ve. Él sabe cuando le echo la comida, porque la dejo caer y suena. También porque la huele.

Hay otro problema. Si le pones el dedo cerca, te muerde sin darse cuenta: creo que se confunde con una zanahoria. 

Me pareció un regalo estupendo. Ahora mismo tiene un año y medio. Y creo que se siente como de mi familia. Para mí, Zampi es de mi familia.

¡ZAMPI MOLA!